
Las estaciones depuradoras STP de Sma -Soluciones Medioambientales y Aguas SL- emplean uno de los métodos más fiables para el tratamiento de aguas residuales domésticas consistente en un proceso biológico de aireación prolongada y recirculación de fangos activos, que se completa con un tratamiento terciario de desinfección por ozonización.
En este nuevo post vamos a abordar qué es la aireación prolongada y cuáles son sus principales ventajas y puntos débiles.
Verdades y mentiras de la aireación prolongada para el tratamiento de aguas residuales
Los expertos reconocen que la aireación prolongada es una de las mejores soluciones existentes en el mercado para el tratamiento de aguas residuales de pequeñas y medianas poblaciones, debido a su robustez y fiabilidad. Sin embargo, algunos técnicos desaconsejan esta tecnología, en el caso de municipios con poblaciones especialmente reducidas, principalmente debido a su mayor consumo energético.
En Sma contamos con diversas soluciones que combinan la utilización de energías alternativas como la solar o la eólica, enfocadas a reducir la factura energética de las plantas, y que rebaten este tipo de argumentos. (Véase el ejemplo de la depuradora de Seixido, en A Lama o el de la depuradora instalada en Xinzo de Limia.
En esta misma línea, en Sma hemos optimizado también el gasto energético de las soplantes del sistema de aireación, responsable del 70% del consumo energético de nuestras depuradoras para el tratamiento de aguas residuales, mediante la colocación de motores más eficientes y fiables, con una mayor vida útil y menores costes de mantenimiento.
Además, otra de las ventajas de este innovador sistema es que puede instalarse tanto en las depuradoras de nueva fabricación como en las que ya están operativas, consiguiendo reducciones entre un 15% y un 40% en el consumo eléctrico de nuestras plantas.
Estas mejoras, fruto de la investigación constante de Sma, han consolidado la posición de nuestras EDAR como las más eficientes del mercado, teniendo en cuenta que el consumo energético no es el único factor importante que hay que valorar a la hora de determinar qué solución de depuración es la más adecuada en cada caso. El coste de la mano de obra, el consumo de productos químicos, el tratamiento de lodos o el mantenimiento son otros de los puntos vitales que debemos tener en cuenta antes de tomar la decisión final.
Un profundo y completo análisis de los costes globales de los diferentes sistemas de depuración, durante toda su vida útil, nos dará la razón.
En qué consiste la aireación prolongada
La aireación prolongada se enmarca dentro los procesos de fangos activos. En él, el agua residual, tras una etapa de pretratamiento (desbaste, desarenado y desengrasado) se introduce en una cuba de aireación o reactor biológico en el que se mantiene un cultivo bacteriano en suspensión -denominado licor mezcla- y formado por un gran número de microorganismos agrupados en flóculos o grumos.
La degradación biológica de la materia orgánica presente en las aguas residuales tiene lugar en el reactor. Se produce de forma aerobia y gracias al empleo de aireadores mecánicos –turbinas o inyectores- o por difusión, que permiten la homogeneización del licor mezcla, evitando así la sedimentación de los flóculos.
Tras permanecer un tiempo en el reactor, las aguas -el licor mezcla- pasan a un decantador o clarificador donde se separa el efluente depurado de los lodos. Parte de estos fangos recirculan de nuevo al reactor con el objetivo de mantener en él una concentración determinada de microorganismos y, el resto, los denominados fangos en exceso, se someten periódicamente a un proceso de purgación.
Entre las principales ventajas de la aireación prolongada para tratar aguas residuales cabe destacar que presenta buenos rendimientos de eliminación de sólidos en suspensión y materia orgánica, genera lodos estabilizados y requiere poca superficie para su implantación.