Las particularidades de los vertidos de las pequeñas poblaciones respecto a las procedentes de los grandes núcleos urbanos, obligan a buscar soluciones de depuración de aguas residuales domésticas alternativos a los convencionales.
La diferencia entre acertar o no está en saber discernir cuál es la tecnología más adecuada entre todas existentes. Para ello, es importante tener en cuenta 3 criterios fundamentales: los recursos técnicos y económicos disponibles; la elección de un sistema robusto capaz de autorregularse ante cambios de caudal y carga; y la integración ambiental.
Recursos técnicos
Decantarse por tecnologías cuyos costes de implantación y explotación sean reducidos, que requieran un mantenimiento sencillo y que además simplifiquen la gestión de los lodos generados en el proceso de depuración, siempre es una buena decisión. En este sentido, es aconsejable valorar las soluciones en su conjunto y pensando en su rendimiento a largo plazo, y no descartar opciones que a priori puedan parecer más caras, pero que ofrecen tratamientos más completos, eficaces y seguros.
Una solución flexible
Cuanto menor es el tamaño de la población, mayores son las oscilaciones diarias de caudal. Por este motivo, es conveniente buscar sistemas de tratamiento que puedan adaptarse de forma eficaz a un amplio rango de caudal para obtener un efluente con calidad suficiente.
Hay que tener en cuenta que, los núcleos pequeños, debido a las variaciones estacionales de la población entre invierno-verano, sufren mayores alteraciones de carga contaminante que los grandes, donde hay una mayor estabilidad poblacional. También suelen contar con menores dotaciones de abastecimiento, lo que supone un menor volumen de aguas residuales, pero fuertemente contaminadas.
Impacto ambiental
Otro factor a valorar es el impacto que los vertidos pueden tener sobre el medio receptor, en especial, en zonas de alto valor ecológico. Por ello, es fundamental que la tecnología seleccionada sea respetuosa y se integre perfectamente en el entorno donde será implantada.
Las estaciones de depuración de aguas residuales de Sma –Soluciones Medioambientales y Aguas- cumplen estos tres principios, pues basan su funcionamiento en principios biológicos, a través de aireación prolongada y recirculación de fangos activos, que posteriormente se desinfectan mediante un proceso de ozonización.
Son plantas que no generan residuos ni necesitan ningún tipo de aditivos o cualquier compuesto que precise reposición, por lo que operan de forma automática y sin necesidad de mantenimiento.
Además, su carácter modular permite ampliar o disminuir su capacidad de depuración, ya que están diseñadas para poder conectarse a otras plantas en paralelo, si fuese necesario. Están construidas en acero al carbono que las protege ante la corrosión y son unidades fácilmente transportables y de fácil instalación, ya que son prefabricadas, y solo necesitan de una obra civil sencilla.
Son muy eficientes. No producen olores, ni ruidos molestos y, lo que es más importante, no generan fangos, por lo que no es preciso alejarlas del núcleo poblacional cuyas aguas han de ser tratadas, suponiendo un ahorro significativo en inversión de redes de alcantarillado y bombeos.
Además, el agua depurada puede ser reutilizada para uso urbano, agrícola, industrial o recreativo, permitiendo ahorros de hasta el 70% con respecto a otros sistemas de depuración