Nuestro planeta vive inmerso en un proceso de transformación provocado por el cambio climático cuyas consecuencias no terminamos de abarcar, y para hacer frente a la problemática de este calentamiento global es necesario, sin duda, un cambio social, un plan de acción por parte de la sociedad. Cada ciudadano es capaz, en su día a día, de cambiar con pequeños gestos esta realidad, gestionando los recursos disponibles de la manera más eficaz y sostenible posible. Por ello, hoy, 17 de mayo, SMA conmemora el Día Mundial del Reciclaje recordando que a través de las 3 ‘R’ se puede hacer mucho por el cuidado de nuestro entorno a través de esta infografía.
Reducir, reutilizar y reciclar. Es una de las máximas del nuevo modelo de economía circular del que hablamos en un anterior post, y cuyo objetivo es cerrar el ciclo de vida de los recursos a través de su máximo aprovechamiento. Pero, además, debe ser también un hábito diario que se integre dentro de una sociedad implicada con la sostenibilidad. Repasamos en este post qué hay detrás de la regla de las 3 ‘R’.
Reducir
La primera ‘R’ habla de reducir el consumo de recursos naturales, es decir, de poner en práctica un consumo sostenible y comprometido con el planeta. ¿Cómo? Reduciendo el consumo de productos de usar y tirar o aquellos que implican una gran cantidad de material de embalaje, por ejemplo. Además, no debemos olvidar que en el consumo de agua también podemos reducir a través de sencillos gestos como cerrar correctamente los grifos o comprar productos cuyo gasto de agua para su producción no sea muy elevado. Otra manera de contribuir a esta reducción está en hábitos como organizar la lista de la compra para evitar siempre el desperdicio de alimentos; utilizar transporte público y/o bicicleta para moverse, o adquirir para el hogar productos de bajo consumo, como bombillas o electrodomésticos eficientes.
Reutilizar
El objetivo de esta R es dar una segunda vida a los productos. Cuando utilizamos papel de periódico para envolver un regalo, o cuando llevamos al mercado una bolsa de tela para hacer la compra estamos contribuyendo a alargar la vida de un producto, evitando así un mayor impacto ambiental. En este sentido, el concepto Upcycling hace referencia a la nueva vida que se le otorga a productos que ya “no valen”, y que son ya considerados residuos. Por ejemplo, utilizando una botella de plástico vacía como macetero damos una nueva vida a un residuo.
Otra posibilidad para reutilizar productos es optar por el intercambio. Cada vez hay más iniciativas que fomentan el intercambio o trueque de productos (libros, muebles…), y crecen los mercados de segunda mano donde poder adquirir productos usados, pero bien cuidados.
Reciclar
Es la última ‘R’, pero quizá la más importante, ya que el reciclaje permite recuperar todos los residuos que generamos para producir con ellos nuevos materiales y productos. Para ello, la ciudadanía debe separar en casa los residuos de cartón, de aquellos que son de plástico o de vidrio, y depositarlos en los contenedores correspondientes (azul para cartón y papel, amarillo para los envases de plástico y latas; y el contenedor verde para los envases de vidrio). Además, hay determinados residuos que, por su volumen o peso, como los televisores o electrodomésticos deben ser traslados a los puntos limpios para su reciclaje. No debemos olvidar que, en España, donde en 2014 se reciclaron más de 1.200.000 toneladas de residuos, según últimos datos de Ecoembes, ya se han ahorrado más de 800 millones de metros cúbicos de agua gracias al reciclaje.
El reciclaje es, en buena medida, la esencia que se esconde tras los sistemas de depuración de aguas residuales de SMA, ya que el objetivo final es conseguir, de nuevo, un agua limpia para su reutilización. Todo ello a través de un sistema basado en los principios de sostenibilidad y creado para garantizar una máxima eficiencia energética, reduciendo por tanto los recursos utilizado.